Esto es lo que en la alborada de un gélido domingo apuntaban las previsiones meteorológicas cara a disputarse la primera regata de crucero del año y cuarta prueba de la Liguilla Dos Estaciones del Club de Vela. Todo quieto, casi solemne. El aire y el agua: reflejos de una humedad caída en las heladas cubiertas que brillaban con el primer sol. La calima cerraba el escenario en la línea de horizonte.

¿Navegaremos hoy?

Una maravillosa representación en pleno invierno acompañando a las ilusiones de una multitud de regatistas que, nuevamente congregados y con el buen ánimo del Año Nuevo, ansiaban competir en aguas andragenses. Más de treinta embarcaciones se hicieron a la mar y regresaron a puerto habiendo izado brevemente sus velas para luego responder a la pregunta tras cancelar la prueba por falta de viento.

 

©2024 Luca Monzani